“cuando la razón y la imaginación están en conflicto, la imaginación es la que vence”
"Alicia a Través del espejo" Autor desconocido |
Cuando pensamos las cosas y nos las proponemos solo de manera intelectual y lógica, pero sin el sentimiento y la imaginación de que este propósito será bien cumplido, lo más común es que no se realice, sin embrago en el caso de este tratamiento este mal hábito será desplazado de maneras optimas pues el terapeuta hará las veces de maestro en este sentido, dejando tareas de meditación e imaginación a los pacientes para apoyar su tratamiento, pues desde el primer momento que el paciente está en nuestro consultorio ya está aprendiendo a cambiar; esto nos da una ventaja en el tratamiento porque gracias a este hábito el paciente llegara más rápido a su objetivo, que es estar sano y bien.
Por su parte el terapeuta debe usar también esta forma de lograr que sus pacientes logren sus objetivos, gran parte de sentir “el sentimiento” de la técnica y del método que usamos es poder llevarlo a cabo como parte de nuestra vida diaria, nuestra voluntad de acción debe ser pues imaginada para nuestro mejor bienestar y el bienestar de nuestro entorno, el terapeuta debe buscar estar en armonía consigo mismo y con el medio ambiente, el universo, las cosas, los seres, con todo, puesto que este tratamiento es holístico, el terapeuta debe ser holístico también y no negar su propia naturaleza, cualquiera que esta sea.
Dependiendo de la preparación del terapeuta será el nivel de tratamiento que puede brindar a sus pacientes y nunca estará obligado a tratar pacientes que el mismo sepa que no puede ayudar por el momento, aunque si llegaron a su consulta es porque si puede ayudarlo, aunque sea de manera aparentemente leve.
La búsqueda del terapeuta es la misma búsqueda de sus pacientes, el bienestar, la tranquilidad, la iluminación, de una u otra forma todo ser humano busca y encuentra de muy singular manera esta iluminación y ampliación de su consciencia, por eso me atrevo a decir que las búsquedas son las mismas, paciente- terapeuta, terapeuta-paciente, son inseparables; contrarios aparentes que en armonía tienden a desarrollarse y desarrollar nuevas realidades.
La terapéutica moderna está regresando a esta conceptualización sencilla de una totalidad o de un todo holístico en el cual estamos sumergidos, la medicina convencional ya solo sirve de muleta pues ha dejado su papel de investigadora de un todo y solo ha visto al ser como la suma de sus partes, sin embargo debemos observar que si afectamos un sistema que se une a su vez a otro sistema mayor y a su vez a otro mayor estamos afectando a todo el sistema, complejo y simple de formas que obviamente harían perder el equilibrio de dichos sistemas y por lo tanto pondrían en peligro la sustentabilidad de nuestra forma de vida.
Los organismos híper-especializados son frecuentemente los que en algún momento de su devenir tienden a llevar a su propia especie a la aniquilación, al no haber más que especializados pierden el contacto con las funciones más esenciales y por lo tanto vitales, esto se ha predicho desde muchísimo tiempo atrás, pero al no tener el impacto suficiente en la colectividad van perdiendo fuerza aparentemente, pero los efectos de dichas observaciones se hacen notar hoy día.
El terapeuta holístico no es un “todólogo” pero está capacitado en diversos tratamientos que de manera no agresiva ayudan al cuerpo del paciente a recobrar la armonía perdida ¿y porque no? a recobrar también la tranquilidad de esa parte abstracta del ser llamada alma; pero este también está limitado en su influencia dentro y fuera del paciente, pues si no existe la voluntad de sanar de este mismo (el paciente), el reequilibrio tardara más en manifestarse a niveles que el paciente pueda percibir como “reales” tomando en cuenta que la realidad solo son una serie de percepciones al respecto de una experiencia y un objeto observado o de una serie de factores aprendidos que sustentan de cierta forma el impulso vital del individuo.
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