Meditación:
Abre tus manos lo más que puedas. Ahora imagina que tus manos son un río, que hay un río sagrado que brota de tus manos. Deja que el mismo río salga de lo alto de tu cabeza, como una fuente, es una fuente luminosa, como un arco iris.
Ahora, deja salir de tu corazón al mismo tiempo un río de llamas, un río de fuego que no quema, un fuego de amor.
Ahora, siente entre tu sexo y tu ano una energía fuerte, que es la fuente del agua que brota de tus manos, del fuego de tu pecho y de la luz de tu cabeza. Siente esa fuente.
Y sobre todo, ama tu cuerpo como un bol de oro y plata que sostiene todo eso. Tu materia sostiene todo eso. La energía que recibes por el sexo es la energía divina y la dejas deslizarse. Aligérate, vuélvete ligero, tu cabeza se vuelve ligera, y tu pecho, tu vientre, tus manos. Deja la pesadez, todo es ligero, delicado, transparente. Tranquilidad, la vida transcurre en paz, vas en un barco por el río de la vida. Despierta la confianza. Con las manos abiertas entrégate a la vida, no te opongas a nada de lo que pase. Siente inmensas tus manos, como sin límites. Tú no eres ni su dueño ni tu dueño. Dejate poseer por la fuerza de la vida, porque esa fuerza va a preservarte de todo, ella es la salud y la de todas las personas que te se acerquen. Es la energía con la que nosotros trabajamos. Piensa: “Yo tengo la fuerza. Yo soy capaz de hacer frente a no importa que problema, sin demolerme. Yo puedo curarme y yo puedo curar. Yo soy un ser que es como un bol de medicina que se derrama en el mundo y mi medicina es la vida. Yo puedo curar porque me he curado o me est oy curando. Las personas que se me acercan vienen a tomar la medicina ¿y que es esta medicina? Se tú mismo, yo te acepto como el ser esencial que eres”.
Es una revelación maravillosa, cuando se descubre que para avanzar un ser debe asumirse. Eres tu propio guía. Es tu Dios-Diosa interior el que habla. Si te mantienes, nadie en el mundo va a poder contigo. A partir de este punto, tu puedes cambiar tu vida, hacer lo que quieras. Eres fiel a tu trabajo, al lugar donde estás. Detienes el querer parecer delante del otro, dejas de comprar al otro, de dejarte llevar. Piensa:
“Cuando hago esto, la fuerza entra en mí, porque soy capaz de hacerme nacer y de hacerme morir. Tomo mi vida en mis manos. Soy capaz de prosperar, soy capaz de abrir mi camino, soy capaz de pelear, pero no tengo necesidad. Es una actitud de paz y de posesión total. Yo creo en lo que hago, creo completamente en mí mismo, me otorgo confianza. Y tengo fuerza para reponerme si caigo en la debilidad. Todo debe pasar, me mantengo, realizado. Puedo vencer los vicios. Puedo vencer las ideas negativas, que son peores que el alcohol y la droga. Puedo vencer los sentimientos agresivos, los sentimientos de dependencia. Puedo vencer los deseos mal colocados, puedo vencer la enfermedad, puedo vencer la p obreza. Puedo vencer la muerte, porque puedo atravesarla. Voy a llegar a la inmortalidad necesaria, porque me identifico con la vida. Cuando abro totalmente mis manos, sostengo en ellas a todo el universo. He puesto el universo en mis manos, a toda la Humanidad en mis manos. Con estas manos puedo conducir al tiempo y a todo lo que contiene el tiempo hacia su santo futuro.”
Ahora vas a investigar en tu vida como esta actitud hubiera sido necesaria en los momentos de debilidad. Por esta posición que es mágica, las debilidades son vencidas, si lo haces bien la debilidad pasa. Encuentras tu y tu fuerza.
Pon la mano derecha totalmente abierta hacia tu corazón, y es tu corazón el que tienes en 6 la mano, y tu corazón se va a convertir en el centro del mundo. Desde ese centro, a cada palpitar envía un amor que llena al universo entero.
Ahora pon la mano derecha totalmente abierta sobre el ombligo, en el vientre, y desde ahí te dices “Yo tomo posesión de mí mismo y de mi sitio, me confundo con el centro vital y me transformo en él.”
Pon la mano derecha totalmente abierta hacia tu corazón, y es tu corazón el que tienes en 6 la mano, y tu corazón se va a convertir en el centro del mundo. Desde ese centro, a cada palpitar envía un amor que llena al universo entero.
Ahora pon la mano derecha totalmente abierta sobre el ombligo, en el vientre, y desde ahí te dices “Yo tomo posesión de mí mismo y de mi sitio, me confundo con el centro vital y me transformo en él.”
Ahora frota tus manos totalmente abiertas sobre todo tu cuerpo mientras dices:
Limpio las larvas que están pegadas a mí, voy a purificar mi cuerpo. Todo lo que sea pesado, todo lo que sea opaco, todo eso lo limpio. Purifico mis ojos de las imágenes que los han ensuciado. Purifico mis todas las palabras, las que he dicho, las que estoy diciendo, las que diré. Gracias a estas manos mágicas, totalmente abiertas, mi cuerpo se vuelve sagrado.”
Limpio las larvas que están pegadas a mí, voy a purificar mi cuerpo. Todo lo que sea pesado, todo lo que sea opaco, todo eso lo limpio. Purifico mis ojos de las imágenes que los han ensuciado. Purifico mis todas las palabras, las que he dicho, las que estoy diciendo, las que diré. Gracias a estas manos mágicas, totalmente abiertas, mi cuerpo se vuelve sagrado.”
No soy yo quien ha inventado esto, los monjes aztecas lo hacían hace cinco mil años. Este estado de purificación de uno mismo es una vieja ceremonia mágica que existe.
Ahora, con tus dos manos totalmente abiertas te mas la cabeza. Y imagina que limpias todas tus ideas, a borrarlas de la cabeza. Y después pon las manos totalmente abiertas en el aire y piensa que el mundo es tu cuerpo. Frota el aire pensando que limpias tus sentimientos, y tus deseos. Que limpias todos lo caminos por donde irás. Y cuando has terminado esto, limpia alrededor de tí el mundo donde vives y limpia tus conocidos. Limpia a todo el mundo. Imagina que salen llamas de ti que lavan el mundo. A tu alrededor tuyo hay entidades que están danzando. Es la alegría, son los espíritus de la tierra, del agua, del aire y del fuego, todos los espíritus del mundo que danzan alrededor tuyo. Es la casa de la alegría. Piensa que en torno a ti hay estallidos de energía, Cuando has hecho limpieza, la energía estalla en torno, girando como pequeños planetas. ¡Que placer! Trabaja sobre eso. Es tu aura la que estalla en burbujas de energía y sobre las llamas con las que limpias el mundo. Imagina eso y la sensación es maravillosa.
Ahora vamos a trabajar con el aura. En todos los ejercicios que vamos a hacer hay un aura que es necesario imaginar a nuestro alrededor. En la expresión de ese estado de espíritu, de consciencia, hay que abrir la persona, no limitarnos a la superficie de la piel.
Ahora vamos a abrirnos, a ser más grande que nuestra piel. El aura todo el mundo la tiene, pero es inconsciente. Hay que fabricarsela de la misma manera que hay que fabricarse un alma. Yo nunca hablo de auras o de cosas parecidas, porque a la gente le gusta mucho mentirse a sí misma y dicen que ven el aura pero no es verdad. Yo trabajo en la honestidad. No digo que sea verdad o falsedad, digo que hace falta utilizarlo y el imagina ario puede hacerlo. Que sea verdad o no, eso no nos interesa, lo que nos interesa es el concepto y poder sentir esa sensación.
Ahora vamos a abrirnos, a ser más grande que nuestra piel. El aura todo el mundo la tiene, pero es inconsciente. Hay que fabricarsela de la misma manera que hay que fabricarse un alma. Yo nunca hablo de auras o de cosas parecidas, porque a la gente le gusta mucho mentirse a sí misma y dicen que ven el aura pero no es verdad. Yo trabajo en la honestidad. No digo que sea verdad o falsedad, digo que hace falta utilizarlo y el imagina ario puede hacerlo. Que sea verdad o no, eso no nos interesa, lo que nos interesa es el concepto y poder sentir esa sensación.
Es importante ahora que juntes tus dos manos totalmente abiertas. La una a la otra, como sosteniendo una hoja de seda muy fina. Más finos somos en nuestro contacto y más fino se vuelve nuestro espíritu. Más brutal es el contacto y más brutal es el espíritu.
Ahora te voy a pedir que vivas tu ser superior, no minimizarte. Todos tenemos un Dios-Diosa interior, todos somos sacerdotes. Tenemos un yo en el ego inferior, y tenemos un ego superior que es un yo superior. Te pido que sin ninguna vergüenza te conviertas en sagrado. Y la gente va a venir a rezar delante de ti. Acepta el rol de un ser sagrado, sin delirios de grandeza. Si alguien viene a rezar y hacerte una ofrenda, la ofrenda no es para tu ego inferior, es para el ego superior, que te une a todos.
Enton ces pon tus manos totalmente abiertas con el dorso apoyado en tu pecho y la palma hacia el mundo.. Sabes que desde tus manos que están en tu pecho, salen rayos dorados, como un cáliz que se abre hacia todas las direcciones del espacio. Acepta tu divinidad. Tu divinidad la tienes en ese vacío que está en tus manos. Identifica ese vacío. Es el vacío que nos une a todos. Todos somos el mismo ser, el mismo ser divino. Cada uno de nosotros es la divinidad. Para que la divinidad exista tu debes aceptar tu divinidad. Tú juegas un importante papel en el Ser divino. Te concentras para sentir que depende de ti perder la minimización y aceptarte como ser divino. Medita así:
“Yo soy la divinidad, yo soy el ser consciente, yo soy el ser evolucionado, completamente. No tengo que buscar nada, yo lo soy todo, soy un ser completo. Tengo todo para dar ahora. En este vacío que tengo aquí y en este rayo dorado, me proyecto en el mundo. Y encuentro a todos los santos que están en el mundo. Cristo y María están aquí, nunca partieron de este planeta. Buda está aquí en este planeta. Hay fuerzas divinas que están conmigo, y me comunico con todos esos soles humanos. Formamos un templo con millones y millones y millones de seres vivos, todos los seres que han aceptado ser un ser viviente en el pasado y en el futuro, están conmigo en este momento. Mi fuerza es inconmensurable, mi calma es como un océano. Estoy entre el tiempo y el espacio, aquí y ahora. En el vacío total. Estoy unido absolutamente a todo. Estoy en la cima de la montaña, en la cima de la perfección. Me acepto como ser sagrado y p orque me acepto, me convierto automáticamente en Maestro. Voy a enseñar a los otros seres humanos a llegar a su divinidad. “
“He despertado el sol que llevo en mi pecho. Estiro la columna vertebral con gran placer, me estiro como una cobra que sale de la caja. Porque tengo el derecho de respirar, tengo el derecho de tomar mi sitio. A mi alrededor hay un templo, yo soy el centro de un templo. Expando la luz en todas las direcciones del espacio. Proyecto la divinidad de mi intelecto, proyecto la divinidad de mi emocional, proyecto la divinidad de mi sexual. Soy delicado con mis manos, mis manos son tan delicadas, rozan como una pequeña pluma, no hacen ningún esfuerzo. Todos los seres son mis niños, mis enfermos, y yo voy a hacer cre cer a esos seres, voy a curar a esos seres. Todos los seres conscientes, plantas, animales, seres humanos, son mis hijos y son mis hijas y yo voy a hacerlos evolucionar, hasta que ellos lleguen a ser sagrados.”
Todos los santos y santas están aquí. Cuando un ser llega a la perfección no se va de este mundo, esa es la maravilla, porque él quiere estar aquí para ayudar a los otros. Cuando te conectas con tu divinidad, te conectas con todas esas fuerzas benevolentes. Están todos aquí, estamos todos juntos. Ellos están para ayudarnos, a nuestro servicio.
Te purificas por el amor, si no amas no te purificas. He descubierto en este gesto, que si yo no me amaba no podía hacer la llama y no podía purificar. Amar es unirse, comunicarse, dar. La purificación del mundo viene por el amor. Cuando amas el mundo, cuando amas a alguien lo purificas. Es un gesto de amor. Trata de hacer un gesto de don. Y deja venir a los que amas a ti. Si no amas a nadie, déjate venir ti mismo. Haz venir a las plantas, a los animales, a los seres amados, y vas a ver que a medida que esos seres se presentan, eliminas las críticas y los purificas.
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